¿Para qué sirven las actividades de motricidad fina para niños?

La realización de actividades de motricidad fina durante los primeros años de vida de los niños es fundamental, de modo que, con la ayuda de sus padres, estos pequeños  puedan aprender a coordinar adecuadamente los movimientos de precisión que necesitan, tales como los de sus manos, antebrazos, brazos, entre otros.

En este artículo de la sección de Escuela de Padres se reflexionará en torno a qué es motricidad fina y se explicarán algunas actividades muy eficientes para que los niños puedan desarrollarla adecuadamente.

¿Qué es motricidad fina?

La motricidad fina es aquella con la que las personas pueden coordinar movimientos pequeños como el control de los dedos, lengua e inclusive, algunos especialistas también hacen mención al sentido de la vista.

Por otro lado, la motricidad gruesa permite hacer actividades como caminar o saltar, entre otras, que se caracterizan esencialmente por el hecho de que demandan más esfuerzos de los músculos.

¿Para qué sirve la motricidad fina y gruesa?

En lo que respecta a la interrogante acerca de para qué sirve la motricidad fina y gruesa, existen claras diferencias entre ambas, debido a que, mientras que la fina suele comprender aquellos movimientos que ameritan de mucha precisión, la gruesa abarca cualquier gran movimiento.

Esta clase de destrezas puede desarrollarse llevándose a cabo ejercicios con la ayuda de las manos, brazos, piernas e incluso, también puede emplearse el cuerpo como un todo.

4 actividades de motricidad fina que se pueden desarrollar en casa

Existen diversas actividades de motricidad fina que los niños pueden comenzar a practicar desde edades tempranas en el hogar. Algunas de las más recomendables son las siguientes:

1. Vestir muñecos

Entre los diversos ejercicios de motricidad fina que pueden ponerse en práctica, estos son muy eficientes, considerándose muy útiles para que los niños que no sepan cómo vestirse sin ayuda de sus padres, aprendan a hacerlo.

Para aplicar estas actividades de motricidad fina, se recomienda que la ropa de los muñecos tenga diferentes tipos de cierres, de manera que, los chicos puedan practicar con varias clases a la vez.

2. Abrir y cerrar el grifo del agua

Esta es una de las actividades de motricidad fina más sencilla de poner en práctica, puesto que se basa en que los niños abran y cierren un grifo.

Asimismo, estos pequeños también pueden usar las tapas de las botellas de agua, muy útiles para que aprendan a enroscar y desenroscar.

3. Jugar con plastilina

Además de ser una de las mejores opciones para que los niños puedan incrementar la fuerza de agarre de los diversos músculos de la mano, brazos, antebrazos, entre otros, la plastilina tiene una serie de ventajas porque ofrece la posibilidad de hacer con ella distintas actividades de motricidad fina.

Al ser un elemento tan versátil, la plastilina permite que los niños puedan amasarla, aplastarla, estirarla, desgarrarla, construirla, enrollarla, entre otras, pudiendo emplearse de diferentes formas, bien sea con plantillas imprimibles, utilizando objetos para estamparlas o dejando que los niños la manipulen libremente, entre otras.

4. Trasvases

Esta es una de las actividades de motricidad fina de Montessori, quien planteó una propuesta pedagógica que suele ser muy valiosa para que los estudiantes puedan tener la capacidad de pensar y descubrir por sí mismos las cosas. Se les proporcionan materiales, de manera que, puedan adquirir principios para la vida por medio de su trabajo.

Consiste en una alternativa ideal para que madres y/o padres compartan con sus hijos en el hogar. En estos recintos, los niños deben hacer el trasvase y volcar objetos de uno a otro recipiente.

De este modo, además de poder realizar el trasvase de unas semillas de uno a otro envase y mejorar sus habilidades de motricidad fina, estos pequeños podrán aprender matemáticas o ampliar el vocabulario junto a sus padres, que pueden enseñarlos a contar estos elementos o expresar palabras como “poco”, “mucho”, “más que”, “menos que”, entre otras.

Además de estas prácticas, que son ideales especialmente para niños de Educación Infantil, también hay otras opciones de actividades de motricidad fina y gruesa para niños de primaria, que al igual que estas alternativas, pueden emplearse sin mayores inconvenientes en la casa o la escuela. 

No obstante, en aquellas circunstancias en las que se observen dificultades en las habilidades de motricidad fina o gruesa de los niños, es importante que esto se consulte con un profesional en Educación Especial, Psicopedagogo u otro especialista en esta materia, reforzando además las actividades de motricidad fina.

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Conclusión

Las actividades de motricidad fina son indispensables durante los primeros años de los niños y estas pueden marcar una notable diferencia en sus capacidades y destrezas para realizar movimientos precisos que ameritan de muchos detalles, siendo fundamentales en la vida cotidiana.

Por ello, este es un tipo de destrezas que debe desarrollarse tanto en el hogar como en la casa, de manera que, los niños se encuentren preparados para desenvolverse de un modo independiente en situaciones en las que es necesario que hagan movimientos finos y que demandan mucha coordinación y precisión.